jueves, 22 de mayo de 2008

Origenes del perro

Los mamíferos aparecieron en nuestra planeta hace setenta millones de años en los comienzos de la era terciaria, aproximadamente en el período que coincide con la desaparición de los dinosaurios. En el periodo eocénico, hace unos setenta y cinco millones de años, encontramos a los miácidos, grupo del que, a través de innumerables fases evolutivas, proceden todos los carnívoros.

Los fósiles encontrados nos confirman ya en esta época la presencia de los predecesores de los felinos, grandes fuertes y con formidables dientes en forma de sable.

En Europa no existían los cánidos; el primero del que se tiene noticia apareció en el continente norteamericano y su forma recuerda al tejón. Tiene las extremidades cortas, el hocico puntiagudo, el cuerpo largo y la cola muy pelosa: es el Hesperocyon o perro occidental y se considera el primer progenitor de todos los cánidos.

El antepasado del perro llegó al continente euroasiático probablemente por migración a través del istmo que en el pasado unía a América y Asia. Este punto de conjunción (donde hoy se encuentra el estrecho de Bering) permitió a muchas especies, el caballo por ejemplo, ampliar sus reservas de caza y pastos y buscar nuevos territorios en los que vivir y reproducirse, difundiéndose así por todas las latitudes.

Los restos encontrados en Europa permiten fechar la presencia del cánido ancestral hace unos ocho millones de años.
No se puede, de todas formas, establecer quién fue el verdadero antecesor del lobo. Para muchos sería el Canis Etruscus.
El nacimiento del auténtico y verdadero lobo hay que datarlo, sin embargo unos 750.000 años atrás.

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